sábado, 30 de julio de 2011

reflexión del compañero Jorge Miranda



P O R    L A    V I D A





El pasado no es un lastre, es una referencia de por que somos como somos. Nuestra identidad esta hecha de lo que somos y de lo que fuimos.
 Estos son algunos aportes que hacen a la pertenencia al banco, que nos podrían llenar de orgullo. La memoria es recobrar, y ahora mas que nos volvemos a encontrar con los trabajadores del Banco Ciudad  de  los cuales nunca estuvimos alejados.
Claro que esta memoria es una memoria social y colectiva, que habla de rehacer ese pasado oscuro para que no vuelva a repetirse, y para que “todos juntos” luchemos contra la impunidad.
El terrorismo de estado nos afectó a  todos, sin duda, a unos mas que a otros, pero acotó nuestras relaciones sociales, las cercenó, y hoy todavía estamos restaurándolas,  lo que lograremos solo con la ayuda que nos puedan dar los compañeros para completar el rompecabezas de lo que hizo el genocidio en el banco.
Y digo “genocidio”, y “no crímenes de lesa humanidad” ya que fue enfilado a un grupo determinado, al grupo que integrábamos quienes luchábamos por un mundo diferente, sin explotados ni explotadores, no fue un plan llevado a cabo por un grupito de locos que se apoderaron del poder, sino fue un proyecto predeterminado para implementar un objetivo económico , que hoy, a 35 años , vemos sus consecuencias, con una mortalidad infantil del 14 por mil, no hay mas que pasar a las 10 de la noche por la Av. Corrientes y   la estación Chacarita para ver la cantidad de excluidos, que con sus carritos repletos de cartón y basura hacen cola para subir a un miserable tren, por las minas a cielo abierto, por las villas de Lugano o Retiro, como también creer que la gran mayoría de jubilados que cobran $ 1.200 pudieran vivir con ello.
Y cuando los pobres, los trabajadores, el pueblo se organizan por sus derechos, se criminaliza la protesta. Se habla de aproximadamente 5.000 causas abiertas por protestas callejeras, o de todo tipo; para no nombrar los asesinatos en conflictos como el de Mariano Ferreyra en Barracas, los de los Qom en Formosa, o los de Soldati. Sin dejar de acordarnos de Jorge Julio López, que todavía sigue desaparecido quien declaró contra la policía provincial, a la cual le dieron la tarea de investigar, mientras el ministro Fernández decía que estaría con una tía, o averiguaban lo que había dicho una vidente en Perú. Tampoco olvidarnos del asesinato de Silvia Suppo,  después de que declarara en el juicio por la desaparición de su compañero acusando a la policía de Santa Fe contra la que acababa de declarar, y a la cuál le dieron la investigación del mismo.
Entonces nuestro objetivo era y es, la construcción de un país, un mundo sin opresores ni oprimidos, de mujeres y hombres libres, porque esa será la única sociedad donde se respeten los Derechos Humanos. Por ese país dieron la vida la inmensa mayoría de los 30.000 detenidos Desaparecidos, por esa sociedad fue desaparecido Pablo Córdoba y asesinado Félix Rodríguez Rojas, que fueran ambos empleados del banco, y a ellos nuestro recuerdo.

Jorge Miranda
Integrante de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos.


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